martes, febrero 06, 2007

06/02/2007 NATURALEZA Y SALUD Rutas a través del Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima (1)

La Tribuna de Albacete - Albacete,Castilla-La Mancha,Spain

PEDRO GAMO (*)

Hoy emprendemos la primera etapa de una ruta que nos lleva a conocer el valle del arroyo de la Celada . Al mismo tiempo tomaremos contacto con uno de los bosques mixtos más interesantes de todo el Parque Natural de los Calares y conoceremos algunos de sus huéspedes más emblemáticos de este espacio fluvial.Comienza nuestra ruta en la entrada al camino sin asfaltar justo enfrente del acceso a la aldea de Mesones. La corriente fluvial que hoy pretendemos remontar desagua muy cerca de aquí , en su inmediato encuentro con el río Mundo antes de franquear la citada aldea.
Enfilamos a través del frondoso bosque, cuando en la zona de umbría son los grandes pinares la masa dominante en contraposición de la solana en la que predominan más el matorral y los matacanes de carrasca. El arroyo de la Celada continúa zigzagueando placidamente por debajo de la pista forestal.
También es esta corriente fluvial la que pone límites entre los municipios de Molinicos, situado a la izquierda (umbría), y el de Riópar a la derecha (solana).
El otoño se está revelando seco con días despejados, aunque a partir del medio día la luz se muestra nostálgica o mejor dicho, algo tristona sobre este valle muy condicionado por las altas montañas que lo encajonan.
Cuando hemos superado el medio kilómetro tropezamos con las ruinas del molino de la Celada, junto a unos añejos nogales prácticamente ya sin hojas y con pinta de secos.
Entre la selvática vegetación también distinguimos pies de fresnos y quejigos enmarañados por la maleza con especial protagonismo para la hiedra, zarzas y otras trepadoras. Sobre el pinar de la umbría se suceden las zonas de pasto , juncales y las manchas de helechos.
La vegetación nos da una idea del alto grado de humedad que atesora estas zonas sombrías. El arroyo lentamente se precipita a través de pequeños remansos que forma la espesura entre la que se va forjando paso decidido la corriente.
ARROYO DE LA CELADILLA. Cuando apenas llevamos recorrido el kilómetro de distancia y coincidiendo con que el vallecillo que venimos siguiendo se expansiona hallamos la Junta de los Arroyos.
El arroyo de la Celadilla, que desciende a través de su atrayente vaguada desde la cara este del Calar del Mundo, se hermana con el de la Celada que, como comprobaremos después, desciende desde las estribaciones que originan ese impresionante portillo con diseño de cuña incrustado sobre la cresta que une la Sierra del Cujón con el Calar del Mundo y que abre panorámica al valle del Tus, es decir, creando el mirador llamado el Balcón de Pilatos.
A partir de aquí ambos tributos corren indisolubles engrosando el caudal del arroyo de la Celada que es el que experimenta mayor recorrido y por lo tanto sigue manteniendo el protagonismo sobre el entorno.
A medida que se va abriendo el valle describe una pronunciada orientación hacia al mediodía, al mismo tiempo que la pista forestal que hemos seguido hasta aquí describe el mismo giro a la izquierda. Por encima de la pista, por donde se extiende las praderas, los vaqueros han colocado una cerca con alambres de espino para evitar que las reses bravas deserten de estos pastos.
Sobre la linde del bosque con el arroyo encontramos una impenetrable pantalla vegetal formada de plantas espinosas donde no faltan entre otros los endrinos, majuelos, rosales silvestres y zarzas. Quedan frutos marchitos de algunos arbustos y cuando intentamos alcanzar una rama de la que cuelga un puñado de endrinas, todavía lustrosas y sanas, nos ha dado un pequeño susto el alborotado vuelo y estridente griterío de un mirlo común.
En la umbría el pinar ha abierto hueco donde se suceden los bancales antaño cultivados y ahora irrumpidos por la maleza, mientras que la margen izquierda del valle se va arropando con espesa frondosidad y constituye uno de los bosque mixtos más interesantes del Parque Natural de los Calares, pues se establece sobre las estribaciones orientales del Calar del Mundo.
En este majestuoso bosque, las encinas, aceres y quejigos han ganado el pulso al pinar de pinos laricios que por el contrario se extiende con profusión en las laderas empinadas de la umbría hasta coronar los mismos cantiles del Molejón.
FUENTE DE LA CELADA. Apenas doscientos metros después de la Junta de los arroyos alcanzamos la Fuente de la Celada, también llamada de la Guitarra por el curioso diseño arriñonado de su estanque. Esta antigua área recreativa ya se sitúa por encima de los mil metros de altitud y cuenta con un manantial que mana agua fresca y cristalina sobre las mismas raíces de unos pinos gigantes colonizados por la hiedra que trepa hasta la copa, mientras los chopos lombardos pierden a marcha forzadas sus últimas y resplandecientes hojas de color oro.
El cauce del arroyo se introduce a través de un soto donde proliferan los serbales de maravillosa tonalidad rojiza en esta época del año y grandes quejigos con follaje ya tornándose en ocre.
Enfrente mismo de este enclave hay un cenagal rezumante tapizado de brezo donde también proliferan algunos arbolillos de acebos.
La pista forestal experimenta un giro a la izquierda para separarse totalmente de la corriente y abandona las últimas labores para introducirse en el pinar duro y puro de la umbría salpicada de esbeltos y robustos ejemplares de pino blanco.
Mientras el arroyo queda al fondo y continúa culebreando por el lecho del valle que de nuevo se estrecha y enfila a través de angostos gargantones limitados por peñascos. Para salir del atolladero he tenido que trepar a gatas por las resbaladiza rocas, pulidas y plagadas de líquenes amarillentos, dando la impresión de estar parcialmente oxidada.
Sobre una de estas peñas tengo ocasión de contemplar la lagartija de Valverde y hoy he tenido la suerte de cara pues me ha dejado hacerle varias fotos antes de escabullirse a través de una grieta de la pared rocosa. Estos roquedos, próximos a corrientes fluviales, es el hábitat ideal de este pequeño reptil de coloración verdoso - oscuro y exclusivo de las Sierras de Segura, Alcaraz y Cazorla. Otra joya faunística con la que cuenta este Parque Natural de los Calares.
CAMINO DEL POZO DE LA BOMBA. La entrada del camino al Calar del Mundo marca el punto kilométrico 2,3 y la hallamos a mano derecha para después de franquear el arroyo continuar la pista que con destino al corazón del Calar (Fuente del Espino o pozo de la Bomba) emprende dificultoso trayecto a través de un carril apto solo para vehículos todo- terreno. Y lógicamente, aunque algo exigente, un buen acceso para senderistas o aficionados a las bicis de montaña.
Nosotros continuamos el ramal principal que remonta el arroyo y que a partir de aquí se empina de manera brusca, aunque actualmente se mantiene en un estado aceptable, si es verdad que las escorrentías provenientes de las impetuosas tormentas de verano destrozan con demasiada frecuencia su trazado provocándole estrías y cárcavas difíciles de superar con vehículos de carretera.
Los grandes árboles de hoja caduca que salpican la solana entre los que distinguimos a quejigos y áceres, observamos curiosamente que conforme ascendemos cauce arriba el otoño se deja sentir más a través de sus follajes mucho más variopintos. Mientras el arroyo juega a desparecer y volver a fluir de nuevo cuando pasa crecidos bancos de arena y chinarro acumulado sobre su lecho desnudo.



* Naturópata y agente medioambiental.



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